LICENCIA PARA MATAR
Convertir un personaje literario en un mito cinematográfico es una tarea complicada, así lo entendieron Harry Saltzman y Albert “Cubby” Broccoli, productores y fanáticos de los libros de Ian Fleming, en especial un agente secreto con licencia para matar. Sabían que James Bond tenía un potencial tremendo para el cine, pero el reto sería encontrar al actor indicado, capaz de transmitir el peligro y misterio del 007.
Los candidatos fueron varios, algunos oficiales y otros ideales. Entre los primeros destaca Cary Grant, actor que sirvió como inspiración para el personaje pero que rechazó la oferta por considerarse muy viejo, tenía 58, y negarse a firmar un acuerdo por múltiples películas. Entre los ideales, aquellos que no llegaron siquiera a ofrecérseles directamente, estaba Roger Moore, un desconocido en ascenso, pero antes de poder hablar con él, Saltzman y Broccoli supieron que acababa de firmar para una serie de televisión basada en El Santo de Leslie Charteris.
Casi sin opciones, un día Cubby fue al cine con su esposa, Dana, a ver un estreno de Disney: Darby O’Gill. Uno de los protagonistas era un escocés desconocido, rudo y tosco. Al verlo, Dana se sorprendió y le dijo a su esposo que él debía ser James Bond.
El hombre era Sean Connery.
EL NOMBRE ES BOND, JAMES BOND
Connery, ajeno a la sofisticación del 007, llegó al casting desaliñado y gritándole a su coche. El director Terence Young defendió la decisión de contratarlo a pesar de la primera mala impresión, asumiendo la responsabilidad de educarlo.
Su primer paso fue llevarlo al sastre. Ahí le introdujo la camisa de puño napolitano, característico del 007, y su primer traje a la medida. Como consejo, le dijo que durmiera con el traje, así se acostumbraría rápido a él.
Le enseñó a comer, a caminar y a vestir; le dio modales. Ese fue el génesis del James Bond cinematográfico.
Ian Fleming, el creador, no estaba convencido de Connery, pero su opinión cambió luego de verlo en acción, tanto que para la novela Sólo se vive dos veces, el padre de Bond se reveló como escocés.
AGITADO, NO REVUELTO
El resto del elenco lo integró Ursula Andress como Honey Ryder, Jack Lord como Felix Leiter, Bernard Lee como M, Lois Maxwell como Moneypenny y Joseph Wiseman como el Dr. No.
Las grabaciones se hicieron en Jamaica y Londres, del 16 de enero al 30 de marzo de 1962. El 5 de octubre de 1962, la primer película de James Bond 007 se estrenó.
De un presupuesto modesto de un millón de dólares, recaudó 59 millones, convirtiéndose en la quinta película más exitosa del año.
Antes del estreno, se decidió empezar a grabar la siguiente película del 007, Desde Rusia con Amor, decisión basada en la lista de 10 libros favoritos de John F. Kennedy, entonces presidente de los Estados Unidos.
Sean Connery permaneció como James Bond por cinco películas hasta 1967; luego volvió para dos más en 1971 y 1983.
Fragmento Dr No:
Te puede interesar: La travesía del señor Bond