El metro de la CDMX conmemora a Mariana Yampolsky
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Octavio Daniel Mendez Castaneda

7 May, 2022
A 20 años de su muerte, el metro de la Ciudad de México conmemora a Mariana Yampolsky con una exposición de su trabajo artístico.

El 3 de mayo se cumplen 20 años de la muerte de la fotógrafa mexicana Mariana Yampolsky y el Sistema de Transporte Colectivo Metro conmemora el trabajo de la artista por medio de una exposición. 

Mariana Yampolsky

La exposición montada en su honor está en la estación del metro Copilco titulada: “Mariana en movimiento: estación Mariana”.

Consta de 66 obras realizadas por Yampolsky a lo largo de su vida. Las obras mostradas dan una introducción al trabajo de la nacionalizada mexicana.

Entre grabados y fotografías, el interés de Mariana por los movimientos sociales queda al descubierto.

“Mariana en movimiento: estación Mariana”

Gracias a la colaboración de la Universidad Iberoamericana y el Sistema de Transporte Colectivo, los usuarios pueden apreciar el amplio trabajo de Mariana. 

Las obras mostradas son parte del archivo fotográfico Mariana Yampolski, el cual es administrado por la biblioteca de la Universidad Iberoamericana, Francisco Xavier Clavijero.

La exhibición está divida en cuatro ejes centrales: Los inicios, Con mirada de mujer, El futuro y Andares por México.

De esta manera se hace una remembranza por la vida de Mariana, pasando por sus primeros años de artista en el Taller de la Gráfica Popular, hasta sus múltiples viajes por la República mexicana.

Imagen: Archivo Mariana Yampolsky.

Imagen: Archivo Mariana Yampolsky.

El trabajo de Mariana Yampolsky

El trabajo de Mariana Yampolski es un viaje constante por el pasado y presente de México, un México que se conoce pero no se acepta, un México indígena segregado por la desigualdad y el olvido.

Por medio de sus fotografías, Yampolsky muestra un país del que quedó enamorada por su rica cultura.

Los positivos de quién fuera alumna de Lola Álvarez Bravo muestran que las emociones, los dolores y las alegrías son fundamentales para generar empatía en el público.

Siempre captando la esencia de las acciones, haciendo real aquello que no se ve, y viajado por el país en su Volkswagen blanco, Mariana afirmaba que: “Lo que hacía era simple… soló compartía con otros lo que han hecho otros”.

Libro  Imagen Memoria de Mariana Yampolsky.

Imagen: Archivo Mariana Yampolsky.

Los mexicanos nacemos donde nos da la gana

Mariana Gertrud Yampolsky Urbarach nació el 6 de septiembre de 1925 en Crystale Lake , un poblado cercano a Chicago. La hija de un matrimonio judío creció libremente en la granja de su abuelo paterno, siempre enlazada al arte gracias a sus familiares.

Su madre Hedwig Yampolsky pertenecía a una familia acomodada de origen alemán, apasionada por el arte contemporáneo. Otra influencia directa fue la de su tío Franz Boas, defensor de la antropología cultural norteamericana, quien le inculcó el interés por las culturas de occidente.

Su padre Oscar Yampolsky también estaba ligando con el arte, pues se desempeñó como pintor, escultor y aficionado fotógrafo.

A temprana edad Mariana comenzado a estudiar humanidades y arte en la Universidad de Chicago, en donde se relacionó con activistas del Taller de Gráfica Popular; un colectivo mexicano antifascista que mantenía los ideales de la revolución de 1910 y con un interés especial en el arte público.

De esta manera, la joven de 19 años vio la oportunidad de explotar su creatividad por medio de una técnica que hasta el momento era desconocida para ella: el grabado. 

Yampolsky comenzó a desfilar por instituciones educativas especializadas en arte, como la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, donde estudió pintura y escultura.

Mientras su carrera como grabadora despuntaba y sus intereses por las luchas sociales crecían, su talento le  permitieron llegar a ser la primera mujer en formar parte del Comité Ejecutivo del Taller Grafico Popular.

Camino fotográfico

Su trabajo como fotógrafa inició en 1948, teniendo su primera exposición en la Galería José María Velasco en 1960. Con sus cámaras Rolleiflex y Hasselblad, recorrió los rincones de México durante tres décadas; capturando la vida cotidiana, las festividades patronales, religiosas y familiares de los pueblos mexicanos, así como la inocencia y sensibilidad de los niños, las mujeres y los hombres a través de sus retratos. 

La obra de Mariana se caracteriza por su gran sensibilidad, en donde las emociones, los dolores y las alegrías de las personas son fundamentales. Capta la esencia de las cosas, haciendo visible lo oculto a simple vista, mediante hallazgos y reminiscencias.

 

 

 

 

 

 

 

 

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