Opinión
Por Eder Morales
La decepcionante temporada 2024 de los Osos de Chicago fue marcada por una serie de desafíos, especialmente en su línea ofensiva. Con un total de 68 capturas al mariscal de campo permitidas, la peor marca de la liga quedó claro que debía haber un cambio para el futuro. En este contexto, el gerente general Ryan Poles, quien puso en riesgo su permanencia al frente del equipo por los malos resultados, se embarcó en una misión para reconstruir y fortalecer este eslabón débil del equipo.
¿Pero, cómo se ha llevado a cabo esta transformación y qué perspectivas ofrece para la temporada 2025?
En 2024, quitando lo patético que fue el nivel de coacheo de Matt Eberflus dentro del campo; la línea ofensiva de los Bears fue el talón de Aquiles del equipo. A pesar de tener algunos jugadores con calificaciones decentes en Pro Football Focus (PFF), como el jugador de segundo año Darnell Wright, quien lideró al equipo con una calificación de 79.3, la unidad en su conjunto fue un desastre, tanto protegiendo al mariscal de campo novato Caleb Williams como abriendo huecos para los corredores, lo que resultó en una temporada decepcionante.
La obligación era hacer una reestructuración costosa pero necesaria. Ryan Poles en la agencia libre de 2025 ha demostrado su compromiso con la mejora de la línea ofensiva. Los Bears realizaron dos trascendentales intercambios para adquirir a los guardias Joe Thuney y Jonah Jackson, y firmaron al centro Drew Dalman, considerado el mejor en su posición. Estos movimientos no sólo reflejan un cambio en la estrategia, sino también un aumento significativo en el presupuesto dedicado a esta unidad. De ser la más barata en 2024, ahora se convierte en una de las más costosas de la NFL.
Haciendo un análisis comparativo de las líneas ofensivas construidas por Ryan Poles, podemos darnos cuenta de que no ha tenido éxito en armar algo competitivo vía agencia libre o en los reclutamientos colegiales:
2022: Su primer año al frente, Poles añadió a la lista de jugadores un total de seis linieros, de los cuales cuatro fueron vía draft y dos agentes libres. En esa temporada se permitieron 58 sacks, siendo la cuarta peor cifra de la liga, aunque irónicamente, fue la mejor ofensiva terrestre.
2023: Viniendo de la peor temporada en la historia de la franquicia con una marca de tres victorias y 14 derrotas, increíblemente Poles no hizo mucho en esta área, pues solo reclutó a Darnell Wright y firmó a Nate Davis. Sin embargo, intercambió su primera selección de Draft con Carolina para tener a DJ Moore y darle armas a Justin Fields, su quarterback en ese entonces. Esa temporada se permitieron 50 capturas. Una insignificante mejora con el año anterior, pero se consolidó como la segunda mejor en ataque terrestre.
2024: Fue el acabose para esta línea en crisis pues permitió un récord de 68 sacks y fue la octava peor en ataque terrestre. Ahora en 2025 con la incorporación de Thuney, Jackson y Dalman, esperaría una mejora sustancial en la protección de pase y el bloqueo terrestre. La inversión en estos jugadores no sólo es financiera, sino también estratégica, ya que buscan darle al mariscal de campo franquicia Caleb Williams más tiempo para lanzar y mejorar la eficiencia del juego terrestre.
Aunque la inversión en la línea ofensiva de los Chicago Bears es un paso en la dirección correcta, no garantiza el éxito. La química entre los nuevos jugadores y la adaptación a las estrategias del entrenador Ben Johnson serán clave para el rendimiento del equipo en 2025.
En conclusión, la reconstrucción de la línea ofensiva es un esfuerzo ambicioso que muestra la determinación de Ryan Poles de revertir las debilidades del pasado y corregir sus errores de falta de visión en la inversión en talentos de alto nivel que ofrezcan una perspectiva optimista para el futuro del equipo. Sólo el tiempo dirá si estos cambios serán suficientes para llevar a los Bears de regreso a competir en la NFL.