La pluma que dicta el desarrollo de la obra de Márquez
j

Diálogos

25 Ene, 2024
“El lenguaje es, en sí mismo, lenguaje si cumple con la función de comunicar y puede ser compartido, pero, sobre todo, entendido por los demás. Gabriel García Márquez no hace más que proclamar este argumento en sus relatos, haciendo énfasis en El otoño del patriarca, que sin duda es una de sus novelas más complejas para su entendimiento.”

Por: Alondra Flores

Lejos de creaciones fantásticas que explotan de narrativas originales y de imágenes mentales, las obras de Gabriel García Márquez son famosas por su poder de adaptación, que abarcan temas que no precisamente son tomados de la fantasía, sino que encarnan periodos históricos y personajes influyentes que marcaron pauta en acontecimientos latinoamericanos. Desde Cien años de soledad(1967) hasta las numerosas historias que escribió después: Los funerales de la Mamá Grande (1962) y la obra que discutiremos en este análisis: El otoño del patriarca (1975).

Con el mero título nos dice más que mil reseñas contadas por grandes críticos literarios, es cuestión de hilar las palabras para hallar un sentido y así llegar a comprender —o por lo menos adentrarse— en la trama de esta novela. En ella, García Márquez expone dos posibles tópicos: el poder intransigente de un personaje autoritario y cruel que, por como se desarrolla en los diferentes sucesos cronológicos que se relatan, llegan al segundo tópico: la historia.

Sería pecar de ingenuo si en este texto nos atrevemos a decir que El otoño del patriarca es una obra fácil de leer, que no cuesta más que prestar los ojos a la hoja para estar al corriente de los párrafos y de la narrativa; empero, no hay sentido para plagar este análisis de mentiras, puesto que se requiere precisión y, sobre todo, plagar cada oración aquí plasmada de verdad; esto quiere decir que seremos concisos en el punto de la dicción dificultosa que García Márquez presenta en este libro.

Primero debemos mencionar que la obra puntualiza el poder de la lingüística sobre cualquier otro recurso, siendo el sentido estricto lo que influye en cada cosa que se puede leer en esta.

La estructura ortográfica y de redacción es imprecisa en el sentido del uso de comas y los pocos o exclusivos puntos utilizados únicamente para el cierre de cada capítulo y en momentos necesarios.

El cambio de narrador es algo difícil de presentir, de un momento a otro el escritor colombiano puede precisar que la narrativa es dictada por el patriarca y en otro momento es expedida como un rumor contado por un narrador externo (la utilización de comas en todo momento no ayuda mucho a la lectura rápida). No obstante, el punto de que sean varios narradores hace rica la historia que se cuenta, no se cuestiona que para leer cualquier libro se espera un lector comprometido con descubrir y revelar los detalles ocultos. Bajo esa lógica, El otoño del patriarca es impecable, lo más cercano a un libro obligatorio para entender la estructura lingüística.

Otro punto verdaderamente interesante sobre la redacción es que García Márquez utiliza palabras rescatadas del léxico de antaño, remontando al siglo XVI: ‘dellas’, ‘fermosos’ o expresiones de literatura vieja: ‘como dicho tenemos’; estos coloquios y dichos populares antiguos crean un ambiente de rescate al pasado para conservar el espacio tiempo que hay entre la historia, remontada a la expedición de las tres carabelas para el descubrimiento de América en 1492. García Márquez busca que a pesar del léxico no tan conocido y por la redacción (que sencillamente es cansada), el lector disfrute de una novela de tendencia histórica y que de una u otra forma consiga acoplarse a ella sin tanta complicación.

Entrando en contexto histórico es importante mencionar que la obra tiene un poder de dos frentes: el poder lingüístico y el poder que se desarrolla por medio de la expedición de Cristóbal Colón y su itinerario, el cual muestra las fechas, las cuales se ven amañadas o cambiadas por García Márquez para dar una originalidad a la historia; esto se lee cuando el dictador molesto por la sarta de disputas y espectáculos que ocurren en las calles de una nación sin su permiso menciona que todo ello se suscita por la llegada de tres carabelas y extraños ladinos a sus tierras caribeñas un 11 de octubre y no un viernes como lo marca el itinerario de Colón.

Este argumento es de suma relevancia porque nos lleva a la hipótesis principal de este análisis, la cual es el poder que tiene la lingüística y los simbolismos en el desarrollo de la trama de una novela histórica bien armada como lo es El otoño del patriarca.

El lenguaje, como ya se expuso con anterioridad, es de vital importancia y la materia prima de esta obra, y no precisamente porque el libro está repleto de palabras, sino que estas cumplen una función; en palabras del lingüista Saussure: “El lenguaje es, en sí mismo, lenguaje si cumple con la función de comunicar y puede ser compartido, pero, sobre todo, entendido por los demás”. Gabriel García Márquez no hace más que proclamar este argumento en sus relatos, haciendo énfasis en El otoño del patriarca, que sin duda es una de sus novelas más complejas para su entendimiento.

Categorías: Diálogos
Etiquetas:

Quizá también te interese leer…

Violencia y narcotráfico: la necesaria atención a sus causas

Violencia y narcotráfico: la necesaria atención a sus causas

“Es cierto que la tasa de homicidios puede provenir de otros elementos y sucesos no ligados con la violencia de los cárteles, también es cierto que la violencia no sólo se mide en hechos dolosos, como los asesinatos, pero sin duda uno de los factores que alimenta la violencia es el narcotráfico y a su vez, hay múltiples factores que abonan al fenómeno del narcotráfico.”