Opinión
Por: Samara Dolores Mejía
El acoso u hostigamiento sexual es una conducta indeseada que día con día las mujeres viven al salir de su hogar e incluso dentro del mismo, de acuerdo con la entidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, mundialmente 6% de las mujeres declaran haber sido víctimas de violencia sexual por parte de alguien que no es su esposo, ni su pareja.1
El hostigamiento sexual es una forma de violencia y discriminación, identificado como tal a principios de 1970, aunque muchos años antes algunas feministas ya habían observado conductas similares y las denominaron como: “un tipo de agresión masculina que aparentaba ser sexual, pero que constituía un ejercicio de poder”.2
Este tipo de ataques de violencia afecta tanto mujeres como hombres o personas de la comunidad (LGBTQQIAAP2S); Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero, Queer, Cuestionándose (Questioning), Intersexualidad, Asexual, Aliado, Pansexual y Dos Espíritus3, aunque esta opresión es mayormente hacia la mujer.
El informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestra que las mujeres más vulnerables ante el acoso sexual son las jóvenes, solteras o divorciadas, económicamente dependiente y en condiciones de inmigrante.
Mientras que los hombres más propensos a sufrir acoso son los homosexuales jóvenes que pertenecen a minorías raciales o étnicas.
La principales causas u orígenes de la violencia sexual son: los privilegios, la discriminación y el poder. Éstos generan que la mujer se sienta intimidada hasta el punto de tolerar dicho abuso por miedo o incomodidad.
En México los tipos de acoso sexual que más prevalecen son el callejero y el del transporte público, ambos son formas de violencia contra las mujeres e involucran toda práctica implícita o explícita de acoso, proviene de un desconocido y ocurre en cualquier espacio público.
Las conductas sexuales como roce, tocamientos, manoseadas, miradas lascivas, gemidos, sonidos de deseo sexual, expresión de deseo sexual y piropos, son algunas de las muchas formas en las que la violencia sexual se materializa.
Datos de la ONU reportan que en 2019, 96% de las mujeres residentes de Ciudad de México fueron víctimas en al menos una ocasión de algún acto de violencia sexual durante su trayecto, en nueve de cada 10 casos son hombres quienes agreden.4
En definitiva, la erradicación de la violencia y el acoso sexual contra las mujeres en México requiere un compromiso continuo y colectivo de la sociedad en su conjunto. Es vital desafiar las normas de género arraigadas, educar a las generaciones futuras sobre la igualdad y los derechos humanos, y trabajar juntos para crear un entorno seguro y respetuoso para todas las mujeres.
Y es que, sólo a través de estos esfuerzos colaborativos podemos lograr un México donde las mujeres vivan libres de violencia y acoso, con igualdad de oportunidades y derechos.
Referencias
1https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures#84163
2 Wise y Stanley, 1992.
3https://www.lgbtqiahealtheducation.org/wp-content/uploads/2018/03/National-LGBT-Health-Education-Center-Glossary.SPANISH-2018.pdf
4http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/101363.pdf
El periódico-taller Diálogos es una publicación digital bimestral, realizada por estudiantes de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con la coordinación del Departamento Editorial de la institución.