Entre palmas y ahuehuetes: la Glorieta de la Palma que se transformó
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Diálogos

9 Nov, 2023
“En 2023 la Glorieta de la Palma ya no tiene ese nombre y tampoco tiene una Palma.”

Por: Fernanda Rangel / @soyrangelisima 

La Ciudad de México es un espacio de contrastes donde los árboles abundan.

Dependiendo la temporada, esta urbe se pinta de varias tonalidades: amarillo, verde, morado o café —las avenidas principales, claramente, no son la excepción—.

La avenida Reforma es una arteria vial antiquísima que cuenta con más de 200 años de historia, ha visto ir y venir a cientos de gobernantes mexicanos y trasciende a los años con resiliencia, transformándose y evolucionando al mismo ritmo que a los peatones.

Por esta razón suceden transformaciones arquitectónicas y biológicas en el panorama del chilango, desde la creación de antimonumentos, la puesta en práctica de la iconoclasia o la toma de espacios hasta la intervención más reciente, que fue la de la Glorieta de la Palma, hoy “Glorieta de las y los desaparecidos”.

¿De dónde viene la Palma?

La glorieta donde antes estaba la Palma fue construida durante el sexenio del expresidente Sebastián Lerdo de Tejada entre 1872 y 1876. Originalmente no fue planeada para ser un jardín, sino una escultura en honor a Benito Juárez —jamás se concretó esa tarea—.

No es muy claro cómo llegó la Palma a esa zona específica de Reforma.

Existen dos versiones de igual validez:

  1. De acuerdo con el historiador mexicano Enrique Ortiz, la Palma se plantó en 1920, esta idea se basa en la fecha de la primera fotografía oficial de la glorieta donde aún estaba en proceso de crecimiento.
  2. La opción histórica más aceptada la aporta el historiador mexicano Silvio Zavala, que establece que entre 1936 y 1941 el emperador de Etiopía, Haile Selassie, regaló la Palma a México mientras que él se encontraba en exilio, mas esto no corresponde con la fecha del primer registro fotográfico que se conoce de esta planta.

En 2023 la Glorieta de la Palma ya no tiene ese nombre y tampoco tiene una Palma.

¿Y dónde quedó la Palma?

La Palma “original” murió.

La mayor parte de estos árboles que habitan la CDMX fueron víctimas de un hongo conocido como Pudrición Rosada (Nalanthamala vermoesenii), el cual provoca manchas de color marrón en la espina que une a la hoja con el tallo y un polvo rosado sobre el tronco que causa un taponamiento que no deja que el agua circule e hidrate al árbol, asfixiándolo.

Por lo que el 26 de abril de 2022 el Gobierno de la Ciudad de México ordenó cortarlo (aproximadamente 103 años decoró Reforma) y dio inicio a una encuesta ciudadana para escoger al árbol que tomaría el lugar.

Ahuehuete, esa fue la elección de la población y desde ese momento se han suscitado conflictos político-ambientalistas.

Foto: © Enfoque Noticias

Llegan los Ahuehuetes

El primer Ahuehuete provino de Nuevo León y fue plantado durante junio de 2022, pero no duró mucho y tuvo que ser reemplazado debido a que nunca se adaptó al sustrato terrestre de la CDMX, además las condiciones ambientales de la ciudad terminaron de afectar su proceso biológico y no enraizó de forma adecuada.

Aun así, en mayo de 2023, el Gobierno decidió plantar el segundo Ahuehuete, que vino del mismo lugar que el primero y… tampoco triunfó. Durante la transplantación uno de los trabajadores del proyecto colocó cemento en la tierra y dañó las instalaciones del sistema de riego del lugar, además “ventilaron” las raíces, afectándolas.

La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México está en proceso de recuperar la salud del segundo Ahuehuete, que mide 10 metros de alto y tiene 20 años de antigüedad.

A septiembre de 2023, el Ahuehuete no se ha curado por completo, mas ya pueden verse retoños en las ramas.

Foto: © Sedena

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