De la moda, lo que te acomoda
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Diálogos

2 May, 2023
“Con el regreso de la moda doble 00 también regresa el miedo, porque no viene sola, viene con dietas, vómitos, uso de laxantes, trastornos afectivos, de ansiedad y riesgos psicosociales.”

Por: Yamil Colín

Los trastornos alimenticios como bulimia y/o anorexia aumentaron más de 300% en México en los últimos 20 años; presión social, medios de comunicación y las redes sociales son los principales detonantes que influyen en jóvenes de 15 a 19 años para que sigan modas en busca del “cuerpo perfecto”.

La idealización de la delgadez y la discriminación de la obesidad en la sociedad es más intensa para las mujeres (90%) que para los hombres (10%), los principales factores de riesgo relacionados con el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria se dividen en cuatro categorías: biológicos, psicológicos, familiares y socioculturales. En un mundo interconectado, este último comienza a adquirir mayor peso y responsabilidad.

En el 2000 apareció la tendencia doble 00 en donde los cuerpos delgados fueron la aspiración de todas, con celebridades como Paris Hilton, Christina Aguilera, Britney Spears o la supermodelo británica Kate Moss quién afirmaba que: “Nothing tastes as good as skinny feels” (Nada sabe tan bien como la sensación de estar delgada).

Las prendas de vestir se centraron en resaltar lo delgadas que podían ser las mujeres: jeans a la cadera para mostrar un vientre plano, blusas de tirantes o tops que permitían lucir las clavículas y los brazos delgados, ropa pegada al cuerpo para demostrar que nada sobraba.

Una ideología de la cual fueron víctimas miles de mujeres que se sometieron a dietas, pastillas, laxantes, ejercicio en exceso, a luchar y ver como enemigo a aquello que es igual de natural que respirar: comer.

Los TCA (trastornos de conducta alimentaria) son la tercera enfermedad crónica más común entre la población femenina, teniendo en cuenta que más del 90% de las mujeres están insatisfechas con su imagen corporal y si a esto le aumentamos modelos, actrices o “influencers” que se encargan de promover todo lo que la industria de la moda les ordena, tenemos como resultado que tan solo en México se presentan más de 22 mil casos anuales de TCA.

La duración de una tendencia tiene cuatro etapas: la primera surge cuando es una moda disruptiva, las personas la aman o la odian, después es adaptada por cierto grupo de personas, principalmente aquellas que están involucradas en la industria, la tercera aparece cuando se empieza a viralizar y las personas “comunes” comienzan a replicarla hasta volverla frecuente, la última etapa se hace presente al ya no crear polémicas y normalizarse, abriendo así la puerta para que una nueva moda llegue y cumpla su ciclo.

Por eso es que, la raíz de la moda es un constante cambio, “gustos colectivos pasajeros en la forma de vestir” y desde 1858 con Charles Federick Worth, quien fue el primer diseñador en tener su etiqueta cosida en las prendas que creó, se ha buscado nuevas formas y una novedad como antítesis de lo antiguo y permanente.

En ocasiones obtiene resultados muy positivos, como el uso de “Mom Jeans”, pantalones de mezclilla con corte a la cintura, holgados y extremadamente cómodos, que se usaban a finales de los 80 y que actualmente no hay mujer que no los use o como las botas blancas que durante 1960 eran tan comunes y hoy en día las vemos en cada tienda. Lamentablemente, también regresan tendencias que afectaron emocional y físicamente a gran parte de la población y estoy hablando de la moda doble 00.

El comienzo de campañas publicitarias que fomentaban el amor propio, el autoestima, la aceptación y en general el “body positive” fueron el preámbulo para que marcas como Calvin Klein, Levi’s, H&M… entre otras, comenzaran a incluir tallas Plus Size y modelos “curvy” en su propaganda, influyendo totalmente en los estándares físicos.

También surgieron figuras públicas que se volvieron íconos en esta nueva etapa como la familia Kardashian, Selena Gómez o Camila Cabello quien afirmó que: “Somos mujeres reales, con curvas, celulitis, estrías y grasa”, un cambio radical a lo dicho por Kate Moss en 2009, un cambio que comenzaba a reflejarse en la salud y seguridad de las mujeres, un cambio que pareciera llegó a su fin.

La primera modelo que mostró dicha transición fue Isabella Hadid, que siempre se ha mostrado delgada pero no al grado que lo está ahora, desde su desfile con Victoria’s Secret se convirtió en uno de los íconos de la moda más importantes en la actualidad. Por otro lado, Kim Kardashian, quien puso de moda el cuerpo curvilíneo, comenzó a perder peso inicialmente para usar un vestido de Marilyn Monroe; sin embargo, siguió y siguió hasta su más reciente aparición en The Late Show con James Corden donde dejó lucir su nuevo cuerpo sin implantes y sumamente delgado.

Hoy en día las celebridades juegan un papel muy importante en cuanto a la influencia que tienen en jóvenes, principalmente de 12 a 16 años, pues de acuerdo con la psicóloga Rocío Fonseca, “son más propensos a caer en los estereotipos que se presentan en los medios de comunicación, debido a que en esa etapa de desarrollo los adolescentes están en búsqueda de una identidad, de pertenecer a grupos sociales y/o de ser aceptados.”

Según el psicólogo Howard Gardner, la cultura y en este caso la globalización han sido tomadas como factores de riesgo importantes para los trastornos de la conducta alimentaria (CAR). En las sociedades occidentales, se ha fomentado la idea de que el atractivo físico contribuye de manera importante, sino es que fundamental, para ser exitoso en la vida.

Con el regreso de la moda doble 00 también regresa el miedo porque no viene sola; viene con dietas, vómitos, uso de laxantes, trastornos afectivos, de ansiedad, riesgos psicosociales y en general todo lo que envuelve un trastorno de la conducta alimentaria.

Los riesgos aumentan aún más cuando nos damos cuenta que, ya no sólo se trata de anorexia o bulimia, sino de vigorexia (ejercicio compulsivo combinado con dieta para hacer músculo), ortodexia (obsesión por la comida saludable), diabulimia (omisión de la insulina para bajar de peso) y así podré seguir con una larga lista.

Las tendencias van y vienen, pero los TCA se mantienen y es aquí cuando debemos mostrar nuestro verdadero avance como sociedad. No vamos a cambiar la moda porque al final es una industria trasnacional que lo único que le preocupa es obtener ganancias, pero sí podemos cambiar nuestra manera de enfrentarnos a ella.

Trabajar en el autoestima saber que lo que vemos en redes sociales no es real, hay que darnos cuenta de que el aspecto o la imagen de una persona puede ser manipulada y acomodada para transmitirnos la idea de que para conseguir todo lo que ellos tienen, debemos vernos así, cuando la mayoría de las veces no es nada más que una máscara.

Todos los cuerpos son diferentes y ninguno está mal, lo que sí está mal es arriesgar nuestra salud para encajar en los estereotipos establecidos. No permitamos que una pantalla nos diga que hacer, que comer, qué usar o como vernos, claro que siempre queremos vernos atractivas, deseadas y es válido, pero no olvidemos, de la moda, lo que te acomoda.

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