Derecha de fifís e izquierda de chairos
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Diálogos

25 Oct, 2022
“En un mundo ideal, las etiquetas ideológicas como la izquierda y la derecha funcionarían como direcciones de una brújula; proporcionando un medio para que los individuos se orienten en el mundo político y encuentren una ideología que los represente o con los que se sientan identificados.”

Por Paulina Guevara

El concepto de derecha e izquierda en la política siempre ha estado presente en México, desde los inicios de los partidos con el PAN siendo de derecha y el PRI de izquierda, cada cual era el héroe en su propia historia y defienden ciertos valores con los que la ciudadanía se sentía identificada, pero estas dos posturas tuvieron un cambio cuando Andrés Manuel López Obrador llegó al poder, junto con su partido Morena, se describen como completamente de izquierda y se comenzó a denominar fifís a cualquiera que no coincidiera con las ideas izquierdistas y populistas del ahora presidente.

Los términos de derecha e izquierda política tienen su origen en la Revolución Francesa, según Luis Eduardo González Ferrer y Rosario Queirolo Velasco en su ensayo Izquierda y derecha: formas de definirlas, el caso latinoamericano y sus implicaciones: “Los políticos colegas tendían a sentarse juntos en los Estados Generales: a la izquierda estaban los opositores del antiguo régimen, y a la derecha sus defensores; ésas fueron las primeras izquierdas y derechas identificadas con esas palabras. En Europa, el uso de estos términos se volvió más común después de la restauración de la monarquía francesa, en 1815.”

La izquierda, según el investigador italiano Giovanni Sartori, es la política que apela a la ética y que rechaza la injusticia, en sus intenciones de fondo y en su autenticidad, la izquierda es altruismo. La ideología de izquierda crea sus políticas pensando en la sociedad, por eso algunos gobiernos o partidos de izquierdas se definen como socialistas. Las medidas de izquierdas tienen como objetivo crear un estado del bienestar del que puedan beneficiarse todas las personas, este sistema se sostiene gracias a los impuestos que pagan los ciudadanos, cada uno en función de sus posibilidades, en principio los ricos pagan más que los que ganan menos.

En cambio, la derecha para la investigadora de El Colegio de México, Soledad Loeaza, es la defensa de los derechos de la monarquía y el orden jerárquico y corporativizado del Antiguo Régimen

Por un lado, la ideología de derechas está más centrada en el individuo y la iniciativa privada. Los gobiernos de derechas favorecen la economía de las empresas para que sean éstas las que generen la riqueza en un país, este tipo de políticas se definen como liberales, porque las autoridades intervienen el mínimo posible, o capitalistas, porque el funcionamiento del Estado gira en torno al dinero o capital, por eso, los gobiernos de derechas suelen beneficiar más a los empresarios porque son los que generan dinero que a los trabajadores.

En México, el presidente Lázaro Cárdenas hizo el significado de las nociones izquierda-derecha a una interpretación más rigurosa de los objetivos de la revolución. La fractura del cardenismo/anticardenismo se impuso como la traducción local de la oposición izquierda-derecha, que definió las identidades y representaciones políticas de la sociedad por lo menos hasta fines del siglo XX. El PRI fue el compromiso que se fundó sobre esta fractura, no la selló, simplemente la encubrió y generó un centro político que disolvía los radicalismos o los mantenía en la periferia del poder.

Actualmente, los partidos utilizan y entienden la semántica izquierda-derecha para examinar los documentos clave de los partidos o manifiestos. En México, la diferencia más sobresaliente está entre el PRI y el PAN, por el otro lado; en sus documentos nacionales, ni el PAN ni el PRI hacen referencia a los términos “izquierda” o “derecha”. En particular, el PAN suele evitar el término “derecha”, sin embargo, los políticos del PRD y del PRI a veces emplean el término “derecha” para identificar al PAN. Una posible explicación fue que el término “derecha” conlleva un elemento peyorativo y afectivo. Se esperaría encontrar una asociación popular negativa con el término “derecha” en países que han sufrido regímenes autoritarios, en países donde la desigualdad del ingreso es alta o en ambos. Por el contrario, las pruebas sugerían que, en México, el término “izquierda” era menos favorecido por el público, hasta que llegó Andrés Manuel López Obrador y le dio un nuevo significado.

El presidente López Obrador se autoidentifica como de izquierda y nombra a sus críticos y adversarios “conservadores”, él se atribuye un papel decisivo; mientras sus partidarios descalifican a sus opositores aplicándoles el término de “fascistas”, que es una condena moral que justificaría su exclusión del juego político.

Ahora, el fifí, como sabemos es un término usado constantemente por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española el término fifí refiere a una “persona presumida y que se ocupa de seguir las modas” y su uso es de manera coloquial, aunque también se le puede dar un uso despectivo. “Que es tiene modales y actitudes delicados y exagerados.” La palabra no es nueva y fue retomada por Andrés Manuel López Obrador, al referirse a la clase alta de México, propiamente a los medios de comunicación. Jesús Ramírez Cuevas, director de comunicación social de AMLO, explicó que la descripción intenta explicar el hecho de que la prensa también tiene una línea editorial.

Por otro lado, según la Academia de la Lengua Española, la palabra chairo proviene del sustantivo femenino chaira, del gallego, cuyos significados son los mismos que en español: «cuchilla que usan los zapateros para cortar la suela». Pero en México dicha palabra identifica a personajes que en las redes sociales muestran comportamientos peculiares; para el lingüista Luis Fernando “la ‘chaira’ se usa para llamar metafóricamente al falo, y el ‘chairo’ es el que se masturba. Políticamente, un ‘chairo’ es un izquierdista que digamos se masturba mentalmente pues no es de izquierda en los hechos.”

Las siguientes definiciones son como el negro y el blanco, ya que representan dos ideologías totalmente diferentes, pero no significa que tengan que ser enemigos a muerte, entonces ¿por qué parecen que son enemigos a muerte? Puede parecer el inicio de una polarización social que terminará en la división del país entre los que apoyan el izquierdismo del presidente López Obrador y los que creen en la ideología derechista, por lo que no apoyan al actual Jefe del Ejecutivo. El politólogo e historiador José Antonio Crespos dijo, en entrevista con Chicago Tribune, que con la llegada de López Obrador a la presidencia se siente una polarización política que alcanza a muchos sectores de la sociedad y que mantiene este discurso maniqueo de buenos contra malos.

¿Tendría razón Julio César al decir “divide y vencerás”? Muchas personas han atacado a López Obrador diciendo que ha buscado crear divisiones entre la gente desde que contendía por la gubernatura de Tabasco, en los años noventa del siglo pasado, la de “chairos vs. fifís” comenzó en septiembre de 2017, utilizando el “fifí” para llamar a la prensa que publicaba críticas a él, sus encuestas, sus cifras o su gobierno; ante la falta de argumentos, descalifica al contrincante. A partir de ahí la polarización que ya era evidente, creció de una manera nunca antes vista.

Cuando se le cuestionó al presidente sobre esta palabra, este contestó. “Yo no inventé lo de fifí, se usó para caracterizar a quienes se opusieron al presidente Madero. Los fifís fueron los que quemaron la casa de Madero, fueron los que hicieron una celebración en las calles cuando los militares lo asesinaron. Son también los fantoches, conservadores, sabelotodos, hipócritas, doble cara y había toda una prensa que apoyaba esa postura.”

Pero es necesario dejar en claro que dividir la opinión de la gente no es algo nuevo, en política se practica desde hace mucho tiempo y es una práctica muy común en el comunismo, donde forzosamente debemos voltear a ver la doctrina marxista, cuyo fundamento principal es el de la lucha de clases. Polarizar no es algo nuevo, es una práctica antigua que sirve más para una ofensiva en donde se revela de forma clara al enemigo e impulsamos a los aliados para atacar. La polarización no es algo exclusivo del tabasqueño, Donald Trump, Nicolás Maduro, Evo Morales, Kim Jong Un lo han hecho parte de su estrategia política cuando no logran salir bien librados de las críticas.

También es necesario dejar en claro que los temas que dividen hoy a la sociedad son distintos de los que sostuvieron la oposición izquierda-derecha durante el siglo XX. Han sido desplazados por aquello que afecta a la sociedad actual, por ejemplo, el lugar de las mujeres en la sociedad, en la política, en la economía. Si en el pasado la intervención del Estado en la educación era un tema importante, hoy parece indiferente a la mayoría de la población. El Estado laico era una bandera de la izquierda, pero hoy quienes se acogen a ella cierran oídos y ojos a los pronunciamientos religiosos del presidente López Obrador y su apoyo a las iglesias evangélicas.

Para concluir, actualmente no hay control sobre esta polarización, los radicales no tienen una medida de control, porque operan de manera autónoma desde redes sociales después de recibir el estímulo a favor o en contra. La polarización impide que haya un acuerdo o un punto medio, ya que siempre debe haber un enemigo del cual defenderse a toda costa. La historia ha mostrado esta escena en diferentes etapas y lugares, desde Cuba, Venezuela, Brasil, España y recientemente con EU y la política de Trump.

En un mundo ideal, las etiquetas ideológicas como la izquierda y la derecha funcionarían como direcciones de una brújula; proporcionando un medio para que los individuos se orienten en el mundo político y encuentren una ideología que los represente o con los que se sientan identificados. Cuando existen entendimientos comunes de los términos, éstos pueden ayudar a los individuos a ubicarse a sí mismos y a las alternativas en competencia en el espacio político del país y contribuyen a permitir una comunicación más eficiente de parte de los individuos políticos.

Entonces debemos cambiar la frase “divide y vencerás” por “la unión hace la fuerza”, si nuestra naturaleza es tener un enemigo con el que pelear nuestros enemigos no deberían ser nuestros propios amigos, familia, nosotros viviendo en el mismo lugar, con las mismas tradiciones y nuestros mismos valores no debemos pelear entre nosotros.

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