Opinión
Por Rodrigo Garza Gallardo
La serie más humana, más honesta, profunda y que me ha hecho sentir lo que ninguna otra serie, es Twin Peaks, el proyecto de los grandes genios: Mark Frost y David Lynch. Es una pizca de esperanza para los artistas que no temen llevarse a sí mismos, su imaginación, su espiritualidad y a sus historias a lugares inimaginables.
Un pueblo entero y un agente del FBI que usa métodos como la meditación y misticismo oriental para llegar a la respuesta de ¿quién mató a Laura Palmer? En el propio estilo de David Lynch, está este elemento paranormal, malévolo, que se apodera de los habitantes de Twin Peaks.
Es una novela dentro de un misterio policiaco, atado por lo paranormal. Juega con clichés del género y la época, pero su naturaleza surreal y experimental hace que cobren sentido dentro de la historia y conectemos con ellos a través de lo que sentimos intuitivamente. Lo que Twin Peaks logra, en mi opinión, es lo que alcanza el arte trascendental: un modo sensorial de la consciencia más allá del lenguaje.
Un policía que no puede parar de llorar en la escena del crimen; una mujer que habla con un tronco como si fuera su esposo; un gigante que habla en poemas; un mayor del ejército que da sermones de espiritualidad y lo oculto; una directora del FBI trans y David Bowie convertido en una tetera ominosa. Son ejemplos de algunos personajes de la serie que la llenan de vida, carisma, amor y humanidad.

Si bien Lynch sólo estuvo presente en la producción de los primeros capítulos, se volvió un éxito cuando Lynch dejó la serie para filmar “Corazón Salvaje” con Laura Dern y Nicolas Cage. Esto dejó a Mark Frost con la libertad de construir el universo que había empezado con Lynch. Y se nota, pero al mismo tiempo creo que es uno de las grandes aciertos de la serie, pues a pesar de que la historia alrededor de la segunda temporada tiene tropiezos, se puede denotar un proceso orgánico, de gran cariño por el proceso y por la historia que se está contando.
Lynch regresa para dirigir la película Twin Peaks: Fire Walk With Me, que salió dos años después de la primera temporada, en la cual podemos ver qué fue lo que pasó el fatídico día que ultimaron a Laura. Para todo esto, dentro de Twin Peaks, desde el primer capítulo te dicen que en 25 años tendremos respuestas. Y lo cumplen, ya que Lynch tuvo 20 y picos años para descubrir qué demonios hacer con el final de una serie en la que, para las últimas instancias, ya no tenía dirección creativa.
Y lo que nos entrega no queda corto decirle magia, pues es Lynch con presupuesto, tiempo y actores para soñar. La mayoría del elenco original regresa, lo cual sitúa a la serie en un tono mucho más real, nostálgico y reflexivo, pero también Lynch se puede dar el lujo de soñar, entregando uno de los proyectos más arriesgados, aterradores y poéticos que han sido creados en la historia humana.