Opinión
Por Sebastian Rocha Coria/ sebastian18rochacoria@gmail.com
El periodismo es una profesión que cumple un papel clave dentro de la sociedad, es apreciado como el cuarto poder en la democracia, porque puede generar cambios en la ciudadanía. Además, supervisa a los gobiernos, grupos de poder e instituciones con el objetivo de denunciar abusos contra los ciudadanos, violación de derechos humanos y casos de corrupción.
México es considerado como el país más peligroso para ejercer el periodismo sin que exista un conflicto bélico, de acuerdo con un informe de Reporteros sin Fronteras hasta la fecha hay 31 casos de periodistas desaparecidos. Durante 2024 se registraron siete asesinatos, lo que nos posicionó como el tercer país con más homicidios, sólo detrás de Palestina (18) y Pakistán (8), pero en total han matado a 169 desde el sexenio de Zedillo hasta la actual administración, según datos de Artículo 19.
En el sexenio pasado los partidos de oposición decían que el periodo del expresidente, López Obrador sería el más violento para los periodistas. Mientras que el obradorismo sostenía la narrativa de que existía la libertad de prensa, pero ¿quién dice la verdad? Según cifras de Artículo 19, ha habido la siguiente cantidad de homicidios por sexenio: Felipe Calderón, 48; Enrique Peña Nieto, 47; AMLO, 47; Claudia Sheinbaum, 2 en sus primeros meses.
Ante estos números es fácil decir que la estrategia de seguridad para la prensa ha sido un fracaso, porque ningún partido político ha dado garantías para cuidar a los periodistas. Es increíble que las cifras no han disminuido y que los mecanismos de protección se han visto rebasados, y es que, Reporteros sin Fronteras destaca en su informe que 650 personas que eran beneficiarios del programa, fueron asesinadas pese a tener escoltas.
Lamentablemente la situación difícilmente cambiará, pues sería muy ingenuo creer que las autoridades realmente harán su trabajo, ya que a nadie le gusta que se le saquen sus trapitos sucios al Sol. Por lo tanto, el ser periodista en México es como jugar a la ruleta rusa, nunca se sabe cuándo te llegará la bala por publicar una nota, un reportaje o una investigación que incomode y afecte al crimen organizado como a los políticos de este país.
Asimismo, la mayoría de los casos queda en una total impunidad, pues son pocos en los que se encuentran a los responsables que orquestan estas agresiones y pagan por sus crímenes. Por ende, los periodistas amenazados prefieren autocensurarse o exiliarse, lo que termina afectando a la sociedad, pues no cuentan con el derecho de saber lo que ocurre en sus comunidades y de qué manera les afecta.
Durante todos los sexenios, las autoridades nunca reconocen el problema y terminan por estigmatizar los casos, sugieren que las víctimas tenían intereses políticos y minimizan los homicidios. Una total irresponsabilidad, porque solo terminan por avalar las agresiones contra la prensa. El tema queda politizado y la misma sociedad acaba por agredir a los periodistas.
La única manera de lograr la libertad de prensa en México es que los ciudadanos protejan los periodistas, exigiendo que los casos de corrupción y los vínculos del narco con el gobierno, no queden impunes, la mejor forma es hacer presión en las redes sociales, pues solo así las autoridades se ven forzadas a entregar a los criminales y hacer valer la justicia.
Este año El Mecanismo de Protección Federal, sufrió una disminución de 4.27% pasando de los 624.9 millones de pesos en 2024 a 598.4 millones de pesos en 2025. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, también presentó un recorte de 3.6% que afecta de forma directa la atención a víctimas de violencia. Por tanto, las cosas no pintan nada bien. Presidenta Claudia Sheinbaum ¿realmente apoya la libertad de prensa?