Certamen de Géneros Periodísticos, Fotografía, Audiovisuales y Cuento
ENSAYO: SEGUNDO LUGAR
POR: JAVIER MERINO LÓPEZ
El destino nos alcanzó!, sentenció el periodista Témoris Grecko al escribir su artículo: “El periodismo en manos de la inteligencia artificial”, publicado en el portal web de Milenio el 4 de abril de 2023. “Al menos a quienes vivimos de escribir, fotografiar o dibujar.
“Nuevos modelos de inteligencia artificial (IA) realizan en segundos trabajos que a muchos profesionales les tomaría horas o días”, abundó el periodista. Al leer el artículo, llegaron a mi mente algunas ideas que me permito intentar presentar a continuación. La primera está relacionada con la idea de que existe un destino que nos acecha constantemente. Ese destino es perverso y maligno casi siempre, e inexorable. Destructor de la humanidad o al menos destructor de una forma de organización social de la humanidad como es conocida hasta el momento en que nos da alcance.
Sin embargo, cuántas veces ha sucedido que algún avance tecnológico nos da alcance, llevándose consigo gran parte de lo que conocemos o creímos conocer como normalidad, en diversas etapas de la historia humana.Ya sea en nuestras actividades más cotidianas como encender un foco, cocinar, despertar por la mañana, e incluso, en nuestras actividades laborales. Por ejemplo, la invención de la computadora sustituyó a las máquinas de escribir tradicionales; el CDroom substituyó al disquete.
De igual modo, los servicios de almacenamiento en la nube han reemplazado a los medios de almacenamiento tradicionales.Y al mismo tiempo, esos relevos tecnológicos permiten el goce de servicios de streaming en plataformas como Netflix, Spotify, entre otras. Quienes a su vez han revolucionado la forma en la cual consumimos televisión, cine, música, información o compartimos información en las redes sociales.
En el transcurso de la historia hay ejemplos no tan gratos de la irrupción tecnológica en la vida de los seres humanos. La IA, del mismo modo en que la máquina de vapor del escocés James Watt, inventada en 1765, que dio paso a la revolución industrial, ¿generará un desplazamiento de la mano de obra periodística como les sucedió a miles de obreros en la Inglaterra del siglo XVIII?
Tal vez no, al menos por ahora, sin embargo, diversos roles que anteriormente eran presididos por seres humanos capacitados profesionalmente en ámbitos de la comunicación y el periodismo ya han sido desplazados por inteligencias artificiales.
Tal es el caso de NAT, la primera presentadora de noticias creada con esta tecnología en Latinoamérica, la cual pertenece a Grupo Fórmula. Cuyas implicaciones se relacionan con los nuevos medios y formas a través de las cuales se puede transmitir toda clase de información, gracias a la evolución de la informática y la internet. Punto y aparte, la evolución de la informática es constante y su creciente capacidad en velocidad y eficacia ha permitido una evolución vertiginosa de la internet y, por ende, de las inteligencias artificiales. Las cuales, según Grecko y sus creadores,“realizan en segundos trabajos que a muchos profesionales les toman horas o días”.
Lo que, en mi opinión, pone sobre la mesa otro tema de vital importancia: el tiempo, el paso del tiempo, su aprovechamiento y el valor que se le asigna en la actualidad. Pues quizá desde la más remota de las eras en que el ser humano cobró consciencia de sí mismo y de su finitud, es el concepto más inquietante en nuestras ideas. Además, el tiempo no es una invención humana, no es una variable que podamos modificar en la ecuación de nuestras vidas. A lo mucho, con suerte y recursos suficientes, podemos aprovechar su marcha incesante en contra nuestra en algunos remansos. Por ejemplo, ir al cine, leer, comer, trabajar, estudiar, dormir.
Todo está adecuado con la finitud y disponibilidad que tengamos de él o que otros nos permitan tener, si pensamos al tiempo como una mercancía por la cual percibimos un salario. Pero no es un secreto que quienes deben dedicar más tiempo de su existencia para saciar sus necesidades más básicas, son quienes también, históricamente, han tenido menor tiempo para acceder al conocimiento y a una formación profesional a través de la educación. El tiempo, es vital para aprender a aprehender y aprender.
De este modo, que una IA sea más rápida y ágil que nosotros para realizar actividades relacionadas como el quehacer periodístico, abre la puerta a repensar qué haríamos con el tiempo restante que implican los quehaceres periodísticos o comunicativos.
Por lo que, si pudiéramos decidir medianamente sobre el tiempo propio dentro de nuestra labor periodística, incluir esta tecnología a nuestras vidas de una forma controlada podría resultar positivo. Se tendría la oportunidad de ahondar en campos más humanos y establecer relaciones más dignas, profundas y empáticas, con las personas que son protagonistas de la información.
Sin embargo, si desde el inicio se le elogia por sus capacidades extrahumanas, es difícil que se le dé un uso benéfico. Por tanto, si el tiempo es siempre la variable más significativa en nuestras vidas, poder dar otra importancia al ambiente en el que se desarrollan las historias y biografías, es una ventana de oportunidad para encumbrar nuevamente la condición humana intrínseca en el quehacer periodístico. Con todo y sus torpezas y lentitudes. Logrando que esta nueva revolución en su camino transformador no desiguale más a los desiguales, no excluya más a los excluidos ni olvide más a los olvidados por las diferentes directrices del mundo informativo.
Finalmente, la IA puede ser un gran apoyo o un ente destructor, debido a sus capacidades. Empero, ninguna máquina podrá sustituir la ética, moral, reputación, empatía y capacidad imaginativa y sensorial de la que un periodista o comunicador está hecho por naturaleza. Por lo que, los límites y alcances que esta tecnología tendrá en nuestras vidas personales y profesionales depende en gran parte de qué tan capaces seamos de reorientar el periodismo hacia lo humano para transformar las sociedades y a los individuos que las conformamos.