Entre máscaras y pokébolas, la lucha libre se reinventa
j

Diálogos

30 Sep, 2025
Místico sorprendió al luchar como Pokémon y recordar que la lucha libre no se ve: se siente.

La Catedral de la lucha libre se transformó en una Arena Pokémon, con motivo a la colaboración entre Pokémon Company y el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMMLL), ante 20 mil aficionados, el 25 de septiembre del presente año.

La Arena Ciudad de México vibró como pocas veces, con un público encendido que hizo retumbar cada rincón del recinto, donde la pasión por la lucha libre se respiraba en cada grito y en cada aplauso. El momento del clímax llegó con la aparición del luchador Místico, una de las máximas figuras del pancracio. Sin embargo, el ídolo no sólo desató la euforia con su presencia, sorprendió a todos al dejar atrás su tradicional vestuario para ingresar al cuadrilátero con un traje inspirado en el pokémon Hawlucha, gesto que elevó la emoción del público.

Místico lideró al Team Hawlucha junto a Máscara Dorada y Titán, mientras que Hechicero encabezó al Team Machamp de la mano de Volador Jr y Bárbaro Cavernario. El combate se transformó en un estallido de vuelos, llaves y destreza sobre las cuerdas. Cada Movimiento de Místico fue una demostración técnica, las caídas fueron como un latido compartido por miles de corazones en las gradas.

Finalmente, el equipo del “Rey de Plata” se llevó el triunfo, por lo que celebraron junto con el público presente, el premió fue el cinturón especial de Pokémon otorgado por Zabdi Montiel, manager de Pokémon en Latinoamérica y el presidente del CMLL, Salvador Lutterth.

Desde el primer momento, la creatividad fue protagonista: cada luchador adoptó una versión de Pokémon, fusionando técnicas de combate con atuendos coloridos. En la lucha de Amazonas, por ejemplo, La Catalina emergió como Sylveon, Kira como Togepi (con máscara blanca y triángulos de colores), y Skadi deslumbró como Mega Charizard, con alas imposibles que atraparon las miradas del público.

El ring mismo se transformó: lucía con la marca oficial del videojuego, mientras en las gradas se repartieron gorras temáticas de Hawlucha y Machamp, y los asistentes recibieron programas especiales con arte exclusivo.

Además, botargas de Pikachu y Eevee desfilaron por los pasillos del recinto, sumando al espectáculo una atmósfera de encantamiento infantil.

Más que una curiosidad o una alianza de mercadotecnia, aquella noche exhibió algo profundo, la capacidad de la lucha libre mexicana para reinventarse manteniendo su esencia. Fue un puente entre aficionados a la lucha y nuevas audiencias atraídas por el universo Pokémon.

Los resultados de los combates pasaron a segundo plano frente a la innovación de la noche. La lucha libre no solamente se mira, se vive, se grita y se sueña. En México no es sólo un espectáculo ni deporte: es una identidad, legado y corazón con máscara para quienes aman este fenómeno. 

Categorías: Diálogos
Etiquetas:

Quizá también te interese leer…