“La Rosario de todos”, Carlos Navarrete
Por Mariana Navarro y Guillermo Fernández
En el auditorio del Centro Cultural “Bella Época”, Elena Poniatowska, escritora y poeta, junto a Carlos Navarrete, arqueólogo y poeta, recuerdan a su amiga Rosario Castellanos en la celebración del centenario de su natalicio. Los poetas hablaron de no solo su trayectoria, sino también de sus relaciones personales con ellos.
Poniatowska recuerda a su amiga por su sencillez, su amor y la describe como “una fuente de alegría”. Tanto como Navarrete y la autora de ¡Ay vida no me mereces! destacan la habilidad de Castellanos en reconocer sus errores y nunca en sus aciertos.
“Chiapas siempre ha sido un lugar de poetas… Había tantos poetas en el estado, que se barrían con escobas”, explicó Poniatowska. A lo largo de su carrera, Castellanos se enfocó en contar historias de los pueblos indígenas originarios de su tierra natal.
El nombre de Rosario Castellanos viene con un respeto, explicó Navarrete al hablar sobre las diferentes fases en las que vivía Castellanos. Aunque los autores reconozcan sus diversas etapas, para ellos Rosario fue una escritora revolucionaria. Desde su discurso al presidente Luis Echeverría quien la llevó a ser embajadora de México en Israel, hasta su demostraciones de amor y servicio a su hijo, Gabriel Guerra Castellanos.
Elena Poniatowska describe a Rosario como “una yegua muy fina”, porque siempre estaba consciente en mejorarse a sí misma, además se destacaba su forma de ser humilde. “¡Ay gracias Chayito!” Agradecieron los escritores por sus años de amistad.