POR ANDRÉS GÓMEZ

La primera caminata espacial comercial de la empresa SpaceX, conocida como misión Polaris Dawn, marcó un hito en la historia de la exploración aeroespacial, pues los tripulantes se convirtieron en el primer grupo de astronautas no gubernamentales expuestos al vacío del espacio.

El 10 de septiembre, cuatro civiles despegaron a bordo de la nave SpaceX Crew Dragon desde el Centro Espacial Kennedy. Entre los miembros que salieron a órbita se encontraban Jared Isaacman, director ejecutivo de Shift4 Payments y financiador de Polaris Down, Scott Poteet, antiguo piloto de las Fuerzas aéreas estadounidenses, y las ingenieras de la empresa aeroespacial, Anna Menon y Sarah Gillis.

Los astronautas civiles salieron al espacio dos días después del despegue y durante las dos horas de caminata utilizaron trajes de actividad extra vehicular, conocidos como trajes EVA, que están diseñados para adaptarse al cuerpo humano y ofrecen mayor movilidad y soportan las condiciones del espacio; sin embargo, no incluyen un sistema de soporte vital primario, por lo que la tripulación debe acceder a éste mediante largas mangueras conectadas a la nave espacial.

La misión alcanzó una altitud de unos 700 kilómetros sobre la superficie terres- tre, lo que superó la órbita de la Estación Espacial Internacional (EEI). El alcance permitió a la tripulación experimentar una vista panorámica única de la Tierra y realizar observaciones científicas en condiciones de microgravedad.

“En casa tenemos mucho trabajo por hacer, pero desde aquí parece un mundo perfecto”, fueron las palabras del empresa- rio Isaacman cuando salió por la escotilla.

“El sol se eleva sobre el horizonte y el mundo entero se ilumina o se duerme. Y puedes presenciarlo hora tras hora, es precioso. Nuestra Tierra es tan hermosa”, fue lo que mencionó la ingeniera Menon al aventurarse en el vacío infinito. La altitud máxima alcanzada marcó un récord para una misión espacial comercial tripulada, lo cual demuestra la capacidad de SpaceX para llevar a cabo este tipo de misiones.

El éxito en la caminata espacial representó“un gran paso adelante para la industria espacial comercial”, de acuerdo con Bill Nelson, administrador de la NASA. Además, permitió estudiar los efectos de la radiación en el cuerpo humano y realizar pruebas sobre el impacto del síndrome de descompresión.