Estruendosa voz horrible
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Diálogos

20 Ago, 2024
En el teatro hace calor. Sobre el cuerpo de la bailarina se desparraman luces blancas, rojas, amarillas y moradas.

El histórico desprecio filosófico hacia la danza tiene un origen en el miedo: a las personas filósofaslas aterra enfrentarse con un cuerpo. Así que ensayo en torno a un experimento.

Por la ventana del bar, una chava baila en la banqueta break dance.

–Mira –le digo a Iván, quien lleva media hora hablando sobre epistemología.

–¿Qué?

–A ella: se sostiene en una sola mano y gira.

Iván la mira con asco.

Girando en una mano, ella abre las piernas y su cara, cubierta con pintura blanca, permanece serena, con las facciones distendidas.

–¿Y qué quieres?, ¿qué le vaya a dar una moneda?

Lo que yo quiero es que Iván se asombre ante la capacidad de esta mujer para llevarse a impresionantes fronteras de riesgo/elasticidad/erotismo/fuerza y ocultar el esfuerzo. Enfrentar con su cuerpo los límites de la imposibilidad física sin demostrar sufrimiento.

Pero Iván es un obseso de todo aquello que puede descifrar por medio del pensamiento. Cualquier cosa que no pueda controlar a través de la razón lo pone histérico.

Por eso el misterio del cuerpo le da miedo.

Iván representa en gran medida la postura histórica de la filosofía con respecto a la danza:

Desprecio.

Asco para encubrir miedo.

¿El resultado?

Que tradicionalmente la danza no ha sido objeto de estudio estético. Y es que, al hacer crítica sobre danza, la capacidad de razonar no sirve para nada. 

Vas al teatro. Suena Marsias, para oboe y copas de cristal, de Mario Lavista, en cuya partitura, antes de las notas, viene el fragmento de un poema de Luis Cernuda:

Marsias alentó, suspiró una y otra vez a través de las cañas enlazadas,

obteniendo sones más y más dulces y misteriosos que eran como la voz secreta de su corazón.

El oboe por momentos debe usar como sordina un pedazo de algodón. Las copas de cristal (mínimo 6), llenas con distintas cantidades de agua para diversificar el cromatismo sonoro, deben ser tocadas deslizando los dedos de manera continua sobre los bordes.

Y la bailarina toma en cuenta todas estas referencias:

Las toma en cuenta, pero su cuerpo habita sobre todo la poética del

deslizamiento

En el teatro hace calor. Sobre el cuerpo de la bailarina se desparraman luces blancas, rojas, amarillas y moradas.

¿Cómo escribes sobre su danza?

Primero, debes anularte como ser racional e integrarte al acontecimiento sensual. Una vez ahí, disuelto entre la poética del

debes escribir en relación directa con el instinto.

Es decir, escribir siendo danza y así ejecutar un ejercicio literario de mera percepción sensorial

Nos traen ron con coca.

Y no puedo pensar en mayor martirio para Iván que pedirle poner su escritura e inteligencia al servicio de la libertad incontestable de piel, sangre y músculo en movimiento.

Así que brindamos en silencio.

Iván sonríe. Su carrera como epistemólogo es brillante. Pero ha llegado el momento de hablar de su otra vida: la privada.

–Mi exesposa me sigue pidiendo varo.

Su desgracia en el amor tiene una explicación simple: es un hombre incapaz de dejarse ir. Por tanto, incapaz de dar y recibir placer.

Y ahora comienza a hablar de una vieja a la que me quiero coger.

Ugh.

Es imposible imaginar a Iván copular con risa, sensibilidad y ligereza. Ante cualquier principio de danza, Iván desaparece. Se vuelve intrascendente.

–Yo creo que ahora que regrese a Monterrey, sí me afloja –Iván levanta la mano y cuando hace contacto visual con el mesero pide a gritos una gordita de chicharrón. Y al escuchar su estruendosa voz horrible llena con nada más que razón, pienso tres cosas:

1. Si no nos conociéramos desde niños, no seríamos amigos.

2. Si en vez de acumular conocimiento durante su juventud hubiera dedicado una hora diaria a controlar su cuerpo para mantener erecciones liberadas, generosas y resistentes, sería un hombre un poco más alegre.

3. La tragedia de su vida es haberse negado a la danza.

Afuera del bar, ha desaparecido de la banqueta la mujer que bailaba break dance.

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