Egresada de la primera generación de la maestría en Periodismo político de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García

Por: Juliana Allende

Lourdes Paz es consagrada en las generaciones de las últimas décadas de la Septién como “La Maestra”, que además de la excelencia académica, con el dinamismo y la energía de sus clases en Ortografía, enseña a sus alumnos la línea de identidad de excelencia de la escuela. Es percibida entre la comunidad estudiantil como la maestra que tiene humanidad con el alumnado.

Su empatía, que después de 41 años dando clases, se sigue aprendiendo el nombre de cada alumno, siendo éste un paso cercano con los estudiantes, quienes la consideran como una de las mejores maestras de toda la carrera.

Lourdes Paz cursó la maestría en Periodismo político de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. “Toda mi vida quise ser maestra”, así lo declaró en una entrevista para Diálogos, en la cual nos narró la historia de vida personal y laboral con sucesos de éxito, y otros no tan afortunados.

Lourdes Paz. Foto © Septién

Es apasionada por la formación de periodistas. ¿Qué podemos esperar de alguien a quien le gusta su trabajo? Además, como periodista ha colaborado en diferentes medios como Excélsior, Vida Nueva, Signo de los Tiempos y México Ganadero. Su trabajo era expresarse a través de su género favorito, la crónica. Los largos años de experiencia en la docencia y en el gremio le han llevado a perfeccionar y llevar sus clases a la enseñanza máxima.

Su primera clase la impartió en la UNAM, a los 19 años, como adjunta de la maestra Guadalupe Pacheco, directora de la carrera de Comunicación y Periodismo. La docente vio en “Pacecita”, como le decía la maestra Pacheco, el don de educadora por su nivel de conocimientos técnicos en la escritura como, taquimecanografía, mecanografía, ortografía, etcétera.

La ahora maestra de Ortografía, ha podido compartir conocimiento desde otras materias en la escuela como géneros periodísticos o mecanografía. De hecho, era muy reconocida y admirada por el maestro Manuel Pérez Miranda, quien le dedicó diversos libros como Entrevista, Crónica y Cuentos de barrio con frases como: “Para la maestra que ha apoyado y quiere mucho la escuela.”

Además, comenta que un día el profesor José Alfredo Páramo, la mandó llamar para decirle: “Nos damos cuenta de que los grupos la quieren mucho”, y la eligieron tutora de grupo, “me llené de alegría” declaró la maestra. Al pasar el tiempo, Pérez Miranda le encomendó la tarea de impartir sus materias después de su retiro.

La maestra se encuentra feliz y desea “otros 75 años de la Septién”, ya que, ella considera a la Escuela de Periodismo Carlos Septién García como su segundo hogar, en el que representa una guía y luz para muchos jóvenes que vienen perdidos, dispersos, ella les enseña una herramienta primaria para expresión, la escritura. “¡Ya se van mis hijos!”, es lo que piensa de sus alumnos cuando se gradúan. Sin embargo, jamás se verá a la maestra Lourdes triste, todas sus emociones las une al coraje, señal de una persona optimista y rigurosa.

Por ello, los egresados, los que están por salir y los estudiantes, sólo les queda agradecerle por mostrarles las herramientas para poder desarrollar su labor.

La maestra Lourdes es admiración para varios colegas, es gratitud para sus alumnos y, sobre todo, una gran enseñanza para los y las periodistas que ahora están en los medios comunicándose, usando su materia como fuente nutritiva en conocimiento para informar a la ciudadanía, y que gracias a eso pueden ver el nombre de la Septién en un alto nivel de la comunidad periodística.

Finalmente, la maestra nos declara que esta cercanía con los alumnos le permite ver cuando algunos pueden llegar a tener problemas, tanto en lo académico como en lo personal y así ayudar o dar consejo, como el de recordar la importancia de las palabras como saludar, agradecer y disculparse para crear ambientes sociales más agradables.

Este tipo de personajes en la Septién hacen un espacio seguro y confiable en el cual se los estudiantes pueden desarrollarse y explotar sus conocimientos con libertad.

¡Gracias, maestra Lourdes Paz