Por Ricardo Olivares
La banda neoyorquina está de fiesta por la celebración de su álbum debut que marcó un antes y un después.
Interpol se ha posicionado como una de las bandas del género indie rock más importantes e influyentes de las últimas dos décadas. Siendo un estandarte para toda una generación que empezaba un nuevo milenio.
Ya han pasado 20 años desde el álbum debut de Interpol, Turn On The Bright Lights (19 de agosto de 2002) y esos años han visto ir y venir centenares de sonidos que han tratado de dar un nuevo aporte a la industria de la música y que en muchos casos se ha quedado estancados por los típicos sonidos y cajas de ritmos comerciales de la música pop, sin embargo, Interpol dio de qué hablar con el lanzamiento de Turn On The Bright Lights.
Si bien ya en años anteriores existían bandas con un sonido y una estética lúgubre y con un toque oscuro como Bauhaus o The Cure y claro, no se puede olvidar a Joy Division, pero Interpol mantuvo este estilo en un año donde todo el mundo tenía aires de esperanza y siendo una de las bandas que haría presente el pospunk revival en la escena del rock neoyorquino.
Turn On The Bright Lights es un disco que genuinamente fue hecho para llorar. No hay otro propósito; con melodías bajas, frías y sobrias, además de tener líricas que tanto como Paul Banks y Daniel Kessler hicieron especialmente para esos corazones desgarrados y que simplemente tenían que expresar el despecho y sentimientos encontrados que tenían con esa persona que dejó un hueco.
El cuarteto conformado por Daniel Kessler (guitarra-solista), Paul Banks (guitarra y vocalista), Carlos Dengler (bajista) y Sam Foregino (baterista) estaban en la incertidumbre del éxito de este álbum, a pesar de los miles de ensayos que mantenían y de los varios rechazos que tuvo Kessler al momento de entregar los demos a las disqueras, simplemente no tenían ese rayo de luz.
Matador Records, quien actualmente es la disquera oficial de Interpol, tampoco los quería, sin embargo, durante 18 meses, Daniel mantuvo contacto con ellos para finalmente poder firmar contrato. Así lo comentó en entrevista con Lizzy Goodman para su libro Meet Me in the Bathroom.
Con canciones como Obstacle 1, Stella was a diver and she’s always down o The New son una pequeña muestra de la habilidad para composición de Paul Banks, así como la propuesta musical de Carlos, Daniel y Sam, quienes crearon un sonido sin precedentes.
Un repertorio de canciones tan melancólicas y frías que dejan helado y lleno de lágrimas a quien escucha, sin embargo, una potencia de riffs y golpes de batería tan fuertes que sirven perfecto para gritarle a esa persona que te destrozó el corazón.
“Turn On The Bright Lights no solo ha sido catalogado como uno de los mejores álbumes debut, sino como uno de los mejores de hace dos décadas; Pitchfork lo posicionó en el número 20, Rolling Stone en el lugar número 59 de 100 y NME lo calificó como el 180 de los 500 mejores discos de todos los tiempos.”