Reportaje
Por Yamil Colín y Diana Leaños
Los table dance tienen su origen en México en los cabarets o burlesques de los años treinta y cuarenta del siglo pasado, las mujeres se sentaban a lado de los hombres e incitaban indirectamente al consumo de bebidas por medio de una conversación y movimientos eróticos.
Con el tiempo la situación cambió, se les entregaba una “ficha” a las mujeres por cada bebida o botella que lograban que el cliente comprará, por lo que se les empezó a llamar “ficheras”; solían platicar con él, bailar y en algunas ocasiones irse a algún hotel de paso a cambio de una remuneración económica.
En la actual administración de la Ciudad de México no se ha otorgado ningún permiso para la apertura o servicio de algún table dance.La presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata, Rosi Orozco asegura que: “Las administraciones de Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum, han sido las mejores aliadas para combatir la trata en estos lugares.”
Además de que en el artículo 11 de la Constitución se señala que: “Queda prohibido a los titulares y sus dependientes realizar, permitir o participar en las siguientes actividades: el lenocinio, pornografía, prostitución, consumo y tráfico de drogas, delitos contra la salud, corrupción de menores, turismo sexual, trata de personas con fines de explotación sexual; la celebración de relaciones sexuales que se presenten como espectáculo en el interior de los establecimientos mercantiles.”1
No obstante, a pesar de lo declarado por funcionarios públicos y de lo establecido por la ley, hay cientos de lugares que siguen lucrando con el cuerpo de diferentes mujeres. México no se caracteriza por ser un país que actúe bajo toda legalidad y aunque no se tenga un registro de cuántos tables existen, sí se conoce que en las alcaldías Cuauhtémoc y Álvaro Obregón es donde hay mayor incidencia.
En México y en diferentes países se aprueban leyes contra la esclavitud y la explotación, pero no se implementan, porque eso significaría sacrificar grandes sumas de dinero que el comercio sexual aporta a la economía, por eso es que estos establecimientos siguen laborando aun cuando es “ilegal”.
¡Irse de putas!
Bastian, un joven de 20 años asistió por primera vez a un table en marzo del presente año en Cancún, tras la insistencia de varios de sus amigos (todos mayores que él) accedió a ir.
“El privado tenía un costo de 400 pesos… Solo había una mujer trabajando en el lugar (aparte de las que bailaba), con ella te ponías de acuerdo acerca de con que chica querías estar, le pagabas el privado u otra cosa más íntima, ella se quedaba con una parte y le daba lo demás a quien te iba a bailar… Ya dependía de la chava sí te decía que solo podías mirar o también tocarla…”, comentó Bastian acerca del proceso para solicitar un privado, además de hacer hincapié en que había muchas chicas extranjeras y todas de entre 20 a 30 años.
Cancún se ha convertido en el destino turístico predilecto de los extranjeros, y también en el paraíso donde pueden hacer todo lo que no pueden en sus países. En 2020, elementos de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo rescataron a 21 mujeres, siete en Cancún y 14 en Playa del Carmen, quienes habían sido privadas de la libertad con fines de explotación sexual.
De acuerdo con el titular de la Fiscalía estatal, Óscar Montes de Oca Rosales, en los lugares donde se realizaron los cateos se encontraron mujeres de Alemania, Argentina, Colombia, Venezuela y mexicanas.
“Oaxaca es un lugar de extracción de mujeres para la trata con fines de explotación sexual, principalmente hacia ciudades fronterizas como Baja California y Yucatán; al mismo tiempo, reciben mujeres secuestradas, en su mayoría adolescentes de estados colindantes como Puebla y Tlaxcala…Oaxaca es un lugar de destino, tránsito y extracción de mujeres y niñas.”2
Un joven de 25 años, quien seguido visita Oaxaca, específicamente en Nochistlán, asegura que a él no le gusta ir a los tables de su pueblo, pues las mujeres no tienen tan buen cuerpo, como las del centro de Oaxaca, pero va porque todos sus primos asisten y le gusta “echar desmadre”. También asegura que no hay lugares para privados, solo pagas 120 pesos para que la chica se siente contigo y te baile en la mesa.
El procedimiento es el mismo en un table en la zona más turística de Cancún que en un pueblo en Oaxaca, los precios cambian, las mujeres son diferentes, la música y el establecimiento mejora, pero en todos, absolutamente todos, la mujer no es más que un objeto sexual.
“Hong Kong” es uno de los tables más famosos de todo México se encuentra en Tijuana, opera las 24 horas del día y posee tres pisos de mesas con varios escenarios, incluso hay uno con jacuzzi. La mayoría de las mujeres que trabajan en este lugar son de Sinaloa, Sonora y Jalisco, no obstante, fuera del lugar se encuentran mujeres de Veracruz, Campeche, Guerrero y Oaxaca quienes cobran alrededor de 10 a 30 dólares por sus servicios.
Otro joven de 23 años, quien actualmente radica en Los Ángeles ha asistido cinco veces a esta clase de establecimientos, pero en diferentes ciudades: “He gastado 100 dólares, o una vez gasté como 500 … Me gustaría volver al de Tijuana que está muy loco, está muy interesante, muy intenso y buen ambiente”, confesó tras su experiencia visitando el “Hong Kong”.
“Una vez estaba en Hawaii y pagué como 40 dólares (800 pesos mexicanos) por un privado, pero se lo das al administrador y ya de ahí tú te vas con la chica… En Tijuana le di el dinero directamente a la chava, quien te ofrece hacerte otro tipo de cosas”, agregó.
Ser mujer en este ámbito significa formar parte de los consumibles, mientras que ser hombre equivale a estar del lado de los consumidores. La fiesta y el “desmadre” se vuelven un espacio de poder sobre las mujeres, sus cuerpos se vuelven objetos que conforman el erotismo de los hombres, se apropian de ellas, las usan y las desechan.
La antropóloga Marcela Lagarde escribió en su libro Los Cautiverios de las mujeres; madresposas, monjas, putas, presas y locas lo siguiente: “Ir con las prostitutas es un verdadero simulacro de masculinidad, en particular de machismo, es una teatralización del poder patriarcal. No importa tanto la satisfacción del deseo, sino crear o mantener la imagen de capacidad y potencia erótica, base de la virilidad machista, frente a otros hombres.”
Todos opinan y critican el cuerpo de las mujeres: “Muy fit, gordillas, operadas, de no tan buen cuerpo, tuneadas…”, en ocasiones hasta se justifican diciendo que “ellas lo escogieron”, “a ellas les gusta”, y claro que existen aquellas que lo hacen por voluntad propia (aunque es cuestionable porque si se decantaron por este trabajo es porque no había de otra), pero ser sexualmente libre es decidir no ser explotada y tener sexo con quien te dé la gana, pero no para beneficiar a una industria promotora de la indignidad femenina.
No es un secreto a voces las condiciones o las razones por las cuales muchas mujeres “trabajan” y se encuentran en tables o bares. Muchas, en contra de su voluntad, llegan a estos lugares a través de engaños y promesas, muchas se encuentran en círculos interminables de violencia de los que quieren escapar.
La Secretaría de Gobernación, mediante la Estrategia para la Prevención de la Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes, compartió que las principales causas por las cuales niñas, adolescentes y mujeres por igual terminan en redes de explotación sexual spn: 73% a causa de pobreza y desigualdad; 69% por discriminación y violencia de género; 29% debido a tradiciones o religiones que favorecer la explotación sexual, y 27% a causa de movilidad humana de forma insegura.
No todo es trata
El diputado de Morena, Temístocles Villanueva Ramos, explicó en entrevista escrita que la principal razón por la cual no se castiga la trata en México no es específicamente una cuestión de impunidad, sino que bajo el marco legal para prevenir y sancionar la trata de personas, publicado en 2007 y derogado por la nueva Ley General en 2012, se estableció un código bajo el cual “todo era trata” y se promovió la persecución y criminalización generalizada.
“Esta persecución incluyó a las acciones políticas de defensa del trabajo sexual, porque podían ser consideradas un fomento de la trata. Cuando se parte de que “todo es trata”, nada lo es a la vez, sin olvidar que además de la explotación con fines sexuales existe la explotación laboral”, explicó el diputado ahondando en la también invisible falta atención a las condiciones laborales en muchos espacios, como las fábricas, talleres, incluso oficinas y en los últimos años, en los espacios domésticos, o lo que se conoce como teletrabajo o “home office”.
Existen vacíos legales sobre el trabajo sexual porque no está regulado. Para evitar situaciones como la persecución en contra de mujeres que ejercen el trabajo sexual, el diputado Villanueva mencionó como en 2019 en el Congreso de la Ciudad de México se logró su descriminalización en la Ley de Cultura Cívica. Aun así, no está regulado el ejercicio del trabajo sexual. El trabajo, de manera general, es protegido constitucionalmente, por lo que el Estado debería reconocerlo y protegerlo, así como asignar obligaciones y derechos.
El diputado resaltó la necesidad de las mujeres trabajadoras sexuales y las organizaciones y movimientos afines al reconocimiento del trabajo sexual, a contar con una distinción adicional, porque el trabajo sexual no es sinónimo de trata de personas con fines de explotación sexual. “A partir de la idea de que no todo es trata, nos permite diferenciar las problemáticas entre sí y poder pensar soluciones para cada una. Por ejemplo, diferenciar y reconocer el trabajo sexual libre y autónomo permitiría visibilizar las prácticas donde no hay condiciones de libre ejercicio”, continuó Villanueva.
“Si algo he aprendido al escucharlas directamente o a través de activistas enfocados en la promoción del trabajo digno, es que para las personas que ejercen el trabajo sexual problema, es el hecho de que éste es una de sus pocas opciones para generar ingresos. La promoción de condiciones de trabajo seguras y dignas es un primer acercamiento a la población que ejerce el trabajo sexual, también promueve la concientización sobre otros derechos. Por lo que permitiría que quienes viven en contextos coercitivos puedan identificar alternativas para pedir ayuda y denunciar. Cuando el enfoque es criminalizante o prohibitivo, es más propenso a que las verdaderas víctimas se escondan o sean alejadas por la fuerza”, finalizó el diputado.
En el cuerpo de las prostitutas, en el cuerpo de las mujeres se encuentra la transgresión del tabú, la materialización del pecado. Se acudía y se acude a ellas como una forma de proteger la moral de la familia, para la distracción, la recreación, lo prohibido. En un mundo predominantemente religioso, la sexualidad es mala, y aunque todos lo realicen y aunque todas las mujeres la realizan, solo las prostitutas la encarnan y la simbolizan. De ahí su maldad. De ahí las miradas distantes.
De ahí que la prostitución no se penalice de manera directa, ni que se considere un delito. El trabajo sexual es ilegal, solo cuando otra persona se beneficia de la explotación de otro ser humano, sólo cuando se habla de trata. Pero, no hay detenidos, el Estado laico persigue a las mujeres de manera moral y judicial por alterar el orden público, les arrebata a las mujeres sus hijos por ejercer actividades deshonestas. Se penalizan otros hechos como si penalizará la trata, pero la institución no tiene rasguños.
Citas bibliográficas
1 González, S. (1989). Los bajos fondos. El antro, la bohemia y el café. México: Cal y arena.
2 Jaime, G. (2019). “Oaxaca en los primeros lugares de trata de mujeres y niñas”. Página 3: Periodismo humano con misión social.