Por: Ricardo Olivares

En México se ha desatendido y disminuido la propagación de la cultura del deporte desde 2014. Cada año el presupuesto oficial para la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) ha bajado drásticamente, hasta tres veces su cantidad desde 2013.

Es una angustia la que viven los atletas mexicanos cada año ante la espera de saber cuánto dinero se les asignará del presupuesto anual a la Conade. ¿Por qué los tiene agarrados del filo del asiento? Porque dependiendo del presupuesto federal dado, ellos analizarán lo difícil que será prepararse durante el ciclo olímpico, y cuánta percepción económica podrán obtener de esta institución que nació en 1988, con motivo de alentar, promover y apoyar con becas a las mexicanas y mexicanos que practiquen algún deporte de alto rendimiento.

Ironía, pues a pesar de los bajos apoyos económicos que le “dan” a los atletas, ellos hacen todo lo posible por ser una potencia en cada justa deportiva, ya sea en los Juegos Olímpicos celebrados cada cuatro años, los Paraolímpicos, Panamericanos, Centroamericanos, o cualquier torneo deportivo de alto rendimiento.

Algo ha sucedido con las dos administraciones de esta última década (Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador). El 2013, fue uno de los mejores años para la Conade, en cuanto a su presupuesto federal, con una asignación de 7 mil 179 millones de pesos. Para 2018, último año de presidencia de Peña Nieto, el presupuesto de la institución bajó hasta 70% de activos, contando con 2 mil 108 millones de pesos.

Estas reducciones salariales tan fuertes provocan descalabros en la economía de atletas de alto rendimiento, pues con estas becas se busca solventar los elevados costos que tienen las horas de entrenamiento, vitaminas y proteínas que se adquieren en farmacias como GNC, que llegan a costar hasta mil pesos un bote de proteína de 1 kilo; así como el salario de entrenadores, equipo de entrenamiento, viáticos, pago de hotel, cobertura de transporte, y el pago de admisión al torneo a disputar.

Foto: © Conade

En 2013, en aquel año histórico para la Conade, los atletas que participaron en los Juegos Centroamericanos, celebrados en Veracruz, México. La delegación mexicana obtuvo 332 medallas en total (115 de ésas fueron de oro), sin duda, resultados presumibles.

Un año antes, en 2012, se celebraron los Juegos Olímpicos en Londres, segunda mejor presentación de México ante el mundo con la obtención de ocho medallas (claro, no fueron las 103 medallas logradas por Estados Unidos) en disciplinas como Clavados (Paola Espinoza y Alejandra Orozco: Plata); Fútbol Varonil (Oro); Tiro con Arco (Aída Román: Plata).

Incluso, en 2016, año en que se disputaron los Juegos Olímpicos en Brasil, los atletas asestaron cinco preseas totales, entre las que destacan: María Guadalupe Gonzáles (Plata Marcha 20km); María del Rosario Espinoza (Plata Taekwondo + 63 kg); Germán Sánchez (Plata Clavados).

En 2019 fue el golpe más duró que recibió esta institución, y no por la toma de dirección de parte de la campeona olímpica Ana Guevara (elegida por el presidente López Obrador), sino por el presupuesto federal que le asignó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en ese entonces dirigida por Carlos Urzúa.

Ese año, el presupuesto federal asignado a la Conade fue de mil 519 millones de pesos… Esta cantidad representa sólo 2% en comparación con el presupuesto de 2013 (7 mil 179 millones de pesos) y 25% menor a lo percibido un año antes (2 mil 108 millones de pesos).

Un sueño caro…

Grandes historias de deportistas y atletas siempre empiezan desde temprana edad, como es el caso de Tom Brady, ahora seis veces campeón de la NFL, que desde niño quería ser igual de grande como Joe Montana; o como el caso de las hermanas Serena y Venus Williams, las pequeñas californianas empezaron a entrenar junto con su padre Richard Williams, a muy temprana edad. Hoy en día, Venus es ganadora de siete títulos Grand Slam individuales, tres medallas de oro olímpicas, 14 títulos de Gran Slam en pareja junto con su hermana menor Serena, que sostiene 39 títulos de Grand Slam.

Foto: © NFL/Agencias

Pero los estadounidenses no son los únicos con historias destacables, está el caso de María del Rosario Espinoza, cinco veces campeona olímpica; la campeona mundial Soraya Jiménez; y más local, la historia de Anasazi Urrea Mariño, quien desde los 8 años entrenó incansablemente día, tarde y noche, tras relámpagos y lluvia, para ser la mejor atleta en Mérida, Yucatán.

Todos los días Anasazi se levanta a las 6 de la mañana, come su desayuno a base frutas y proteínas; se prepara para la escuela y lleva su maleta para al momento de salir de la escuela e irse a entrenar. De 7 am a 2:30 pm estudia, entrega todos sus pendientes escolares, juega y platica con sus amigas.

A más tardar tiene que llegar a las 3:10 pm al Estadio General Salvador Alvarado. Se cambia de ropa, corre hacia sus demás compañeras y empiezan su calistenia para que los músculos, articulaciones y huesos de las chicas estén blandos, elásticos y evitar con ello cualquier tipo de lesión.

Para Ana el atletismo ha sido su vida, ganó 800 medallas en 11 años de carrera, dividido entre campeonatos Estatales, Regionales y Nacionales; en disciplinas como salto de longitud, 80 metros valla, 100 metros valla, 200 metros planos y en relevos 4 x 100 metros.

Todos los frutos que cosechó a lo largo de su carrera, dieron a parar cuando: “En 2016 fue mi primer torneo de Selección Nacional, yo moría por dentro, era un crisol de emociones que fluía por mi mente, y gracias a mi esfuerzo, repetí otros tres años como Seleccionada Nacional”, recordó con nostalgia Urrea Mariño.

“Sin embargo, durante los cuatro años que competí, que fue desde 2016 hasta 2020 a nivel nacional, la Conade y el Instituto del Deporte en Mérida nunca me apoyaron económicamente, ni a solventar el simple gasto de la inscripción del torneo, lo único que llegaron a pagarme fueron los alimentos, ya una vez instalados en el hotel”, dijo la atleta mexicana.

Sus entrenadores Miriam Canul Cob y Fernando Juárez Landeros, fueron los entrenadores responsables en constituir el equipo de atletismo de Mérida, con un total de 10 mujeres y 10 hombres. “Sin duda es siempre un reto preparar a solo una persona para que compita en un nivel de alto rendimiento, ahora, preparar a 20 y llevarlos, por supuesto que conlleva mucho más gasto y una responsabilidad mayor”, aseveró Juárez Landeros.

Anasazi tuvo la fortuna y facilidad de que sus papás pudieran ayudarle con los gastos económicos que implican ir a competir a nivel nacional; sin embargo, era un duro golpe a las finanzas de su familia. Tan solo en su primer torneo nacional, el gasto de viaje en avión fue de 3 mil pesos cada uno, la inscripción a la justa fue de 500 pesos. 6,500 pesos de gasto inicial.

“La Conade siempre nos prometía que nos ayudaría con las becas económicas, incluso les proporcionamos nuestros documentos para que se hiciera oficial la inscripción a la beca, pero nada, en cuatro años nunca nos dieron ni un peso”, manifestó tajante Anasazi.

También comentó que normalmente de los 32 estados concursantes, los competidores de estados ricos (como Nuevo León, Chihuahua, Baja California y la Ciudad de México) eran los únicos que no tenían problema en cuestión monetaria, sus padres cubrían los gastos, en contraste de competidores que vienen de estados pobres como Oaxaca, Guerrero, Tlaxcala.

“Después de 11 años de carrera deportiva, campeonatos, risas, compañerismo, sudor, lágrimas, sangre, esfuerzo y cuatro años representando a mi estado a nivel nacional, me voy con un mal sabor de boca, porque es increíble la ironía y el cinismo de las autoridades deportivas en México, solo presumen nuestros logros, y nos dan atole con el dedo”, puntualizó al final Anasazi.

¿Qué pasa actualmente?

Ya pasados los Juegos Olímpicos de Tokio, que se pospusieron un año debido a la pandemia por el Covid-19. La delegación mexicana solo logró obtener cuatro medallas, mientras que los atletas paraolímpicos (que fueron los más destacados) obtuvieron 22 preseas. Una actuación pobre –excepto por los paratletas– y varios atletas recriminaron la nula preocupación que tiene la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador por el fomento y apoyo al deporte.

Varios de estos atletas que compitieron en los juegos veraniegos en Tokio, también denunciaron una baja de hasta 65% en las becas deportivas entregadas por la Conade. Esta polémica nace a partir de que varios competidores (que prefirieron mantenerse en el anonimato) denunciaron este abuso por parte de la Conade a distintos medios de comunicación como Forbes (México) y El Universal.

Estas declaraciones aportan una carta-compromiso que se les forzó a firmar a los competidores que irían a Japón, donde se les condicionó que, para no ver algún daño a su beca deportiva, éstos tenían que obtener una medalla en su disciplina correspondiente.

Dicho y hecho, a más de 10 atletas mexicanos se les recortó entre 65-80% de su beca, que de por sí en años pasados era mínimo, ahora es paupérrima.

Elsa Hayish, excampeona nacional de básquetbol y exdirectora de becas en la Conade, explicó en entrevista que “este tipo de suertes lo ve muy real, es algo predecible en cuanto a la institución, lamentablemente es corrupto el deporte en México, como antigua directora de becas, los altos funcionarios me dejaban cartas con mi secretaria donde venía escrito a quién quitarle o reducirle beca, sin motivo alguno”.

–¿Qué piensas de los bajos presupuestos federales desde 2018?

“Es triste, inaceptable, opinando como jugadora y como exfuncionaria, tan solo en 2020 se le asignó como presupuesto federal a la Comisión 675 millones 230 mil pesos, que realmente eso te lo chutas en un año, con solo el pago a todos los trabajadores administrativos, gestión y organización de eventos, manutención de canchas y sedes deportivas, y con el ‘pago’ de becas a los deportistas, a duras penas y te alcanza.”

–Entonces los 575 millones 314 mil pesos asignados para 2022 ¿será crítico?

“Totalmente, serán años muy apretados para la CONADE y ni se diga para los deportistas, temo que lleguen a tener que parar actividades.”

–¿Por qué crees que hay una desatención al deporte por parte del gobierno?

“Opino que es porque no es un proyecto principal de AMLO, sí, creó ProBeis (Oficina para la Promoción y Desarrollo del Beisbol en México), y quiere promover el boxeo y la caminata, pero no son los únicos deportes en México, y no son los únicos en que México es potencia.”

–¿Hay discriminación a la mujer en la Conade?

“Pff, por favor, sería raro que no lo hubiera, cuando llegué por primera vez sentí las miradas pesadas sobre mi cuerpo, había comentarios machistas por parte de otros funcionarios de como porqué una mujer sería directora de algo, que mejor me pusiera un leotardo y siguiera entrenando.”

–¿Cómo es el trato de mujeres atletas en el país?

“Como a cualquier otra mujer… Acoso, abuso sexual, discriminación, claro, son pocos los hombres que no lo hacen. Ayudó un poco la llegada de Ana (Guevara), pero el patriarcado sigue muy latente en el deporte.”

–¿Algún mensaje que le quieras dar a todas las chicas deportistas?

“Que no se rindan ni un solo día, a pesar de las situaciones del contexto, concéntrense en ustedes –por supuesto de familiares y amigos–, pero no dejen que alguien más les haga sentir que no pueden o que son inferiores. Lamentablemente la competencia deportiva es machista, pero se está haciendo un gran cambio. Desde los Juegos de Sídney en 2000 para acá, chequen quiénes son las que siempre traen medalla a casa.”

De cada 10 mexicanos mayores de edad seis no realizan algún tipo de actividad física, y únicamente dos de cada 10, tienen un nivel suficiente de práctica deportiva. (Datos de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico del INEGI). Estas cifras no cambian desde 2013.

Aquí la pregunta es ¿qué está haciendo el gobierno por una mejor promoción de cultura deportiva? En vez de prohibirle a niñas y niños comer dulces, deberían de implementar programas de ejercicio físico eficaces. Y los deportistas de alto rendimiento, darles el honor y respeto que día a día lo ponen a prueba en la duela, en la alberca, en la cancha y en la pista.