Operación Trueno
Cuando se le ofreció a Ian Fleming, autor y creador del 007, producir una película de James Bond, convocó a Jack Whittingham y a Kevin McClory para escribir el guion. El acuerdo fílmico fracasó, pero Fleming usó elementos de la idea para escribir su siguiente novela, Thunderball.
Eso sucedió en 1959. Tiempo después, en 1962, Eon Productions hizo Dr. No, la primera película Bond, con Sean Connery como protagonista. El éxito de la cinta generó varias secuelas, la tercera de ellas, Thunderball.
Poster de Thunderball (1965) con Sean Connery. Imagen del sitio Amazon.com
La intención inicial para la cuarta película era adaptar Al Servicio Secreto de su Majestad, pero un pleito legal en 1963 obligó que se decidiera hacer Thunderball. La razón fue Kevin McClory, que luego de leer la novela, demandó a Fleming por no darle crédito de su colaboración de la historia de Thunderball, caso que ganó, junto con un pago por daños y los derechos cinematográficos de la novela.
Eon firmó un contrato con McClory por diez años, que incluía una coproducción bajo la condición de que McClory no podría usar la historia ni el personaje por la duración del contrato. Thunderball se estrenó en diciembre de 1965.
EL ACTUAL Y FUTURO BOND
Roger Moore sucedió a Connery en 1973, con Vive y deja morir. Moore permaneció por cinco películas y en 1981, tras el estreno de Sólo para tus ojos, renunció.
Roger Moore como James Bond 007. Imagen del sitio AL.com
Su reemplazo seleccionado fue James Brolin, actor norteamericano, quien ya había firmado el contrato, pero un viejo conocido frustró el plan: Kevin McClory había vuelto y tenía la intención de hacer su propia Bond.
McClory se alió con Jack Schwartzman, productor de cine, con el fin de lograr su visión. Con un acuerdo de distribución de la Warner Bros., estaban listos para empezar.
La dupla McClory-Schwartzman consiguió que Sean Connery revisara el guion de su versión. Al actor no le pareció la historia y escribió una donde 007 se enfrentaría a tiburones mecánicos y sería un agente maduro que vuelve del retiro.
Connery se involucró tanto en el proyecto que aceptó protagonizarlo, con la condición de elegir al resto del elenco y un pago de tres millones de dólares, además de tener la última palabra para decidir qué escenas se incluirían o no
Al escuchar que Connery sería Bond otra vez, Eon, con el temor de que un nuevo actor nunca superaría en taquilla al original, decidió traer de regreso a Roger Moore con un contrato para dos películas más.
LA BATALLA
La cinta con Connery se llamó Nunca digas nunca jamás, una referencia a que ya había declarado que jamás volvería a ser 007, luego del estreno de Los diamantes son eternos de 1971, la segunda vez que renunció.
La cinta “oficial”, Octopussy, con Moore, adaptó dos historias cortas de Fleming, The Property of a Lady y Octopussy.
La campaña de publicidad se enfocó en un combate entre Connery y Moore, quienes eran buenos amigos en realidad, tanto que fue Sean quien presentó a Roger ante Eon para que lo consideraran para su relevo.
Roger Moore y Sean Connery. Imagen del sitio Pinterest.com
En la taquilla, con 67.8 millones de dólares contra 55.4, y en crítica, Octopussy derrotó a la “apócrifa”, pero el pleito no quedó ahí.
McClory regresó cerca del 2000, esta vez con la idea de usar a Timothy Dalton, quien había sido Bond entre 1987 y 1989, como su 007, y a Connery como villano, pero otros problemas legales y económicos frustraron sus planes
Fue en 2006, luego de su muerte, que se resolvió la batalla de los Bond. Los herederos de McClory vendieron los derechos cinematográficos de Thunderball, Blofeld y Spectre, estos dos últimos atribuidos también a McClory, a Eon, quienes pudieron usarlos desde 2015, aunque los derechos de Nunca digas nunca jamás ya los habían adquirido desde tiempo atrás.
Sean Connery regresó al papel en 2005, dándole voz al 007 para el videojuego Desde Rusia con amor; mientras que Roger Moore dejó su licencia para matar en 1985 con En la mira de los asesinos.
Trailer Octopussy:
Trailer Nunca digas nunca jamás:
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Estudiante de Periodismo de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.
