Por: Paola Prudencio
Alma Delia, una vida tan sencilla…
Alma Delia, junto con sus hermanos y su madre vivieron primero en Nezahualcóyotl y luego en Santa María La Ribera, en una vieja vecindad, su padre los abandonó.
Alma Delia Murillo de la Cruz, nació en la Ciudad de México en 1979. Viene de una familia humilde, sus padres estudiaron sólo hasta segundo de primaria y decidieron ir a la capital a buscar un futuro.
Su infancia fue muy complicada, sus hermanos más grandes fueron enviados a un internado en Pachuca mientras que ella estuvo con otra de sus hermanas en Gertrudis Bocanegra, en la colonia Del Valle.
Foto: Aire Libre / Entrevista de Alma Murillo
Con todo, recuerdo la alegría de mi madre. A pesar de los accidentes, del hambre y de la pobreza, ella encontraba momentos para la alegría, para jugar, para cantar las canciones de Juan Gabriel. La otra parte de nuestra salvación fue que mis hermanos leían; no sé de dónde sacaban los libros, pero yo me volví una lectora carroñera.
Al terminar la secundaria, se inscribió en la Vocacional 5, en la Ciudadela y al concluir sus estudios dejo la casa de su madre, revalido algunas materias de humanidades para ingresar a la UNAM, a Literatura Dramática y Teatro.
Hizo tres veces el examen de la UNAM, mientras que hacía relaciones comerciales en la Escuela Superior de Comercio y Administración del Politécnico en Santo Tomás, y al enterarse que existía la Escuela Nacional de Arte Teatral, del INBA se inscribió, por lo que llego un momento en que iba a tres escuelas, así que se salió del Politécnico a un semestre de terminar.
EL ACCIDENTE QUE LE CAMBIO LA VIDA
Murillo tenía un trabajo como operadora telefónica en un call center en el Palacio de los Deportes, un día salió con permiso para hacer un examen foniátrico en la facultad y su credencial de la universidad cayó al suelo.
Sobre Churubusco un trolebús avanzaba en contraflujo y ella se fijó sólo en el sentido de los autos, por lo que la atropello, “Para mi suerte, como estaba distraída y no me di cuenta de nada, no opuse resistencia. Los médicos me explicaron que fue eso lo que me salvó”.
Fue trasladada de urgencia al hospital Magdalena de las Salinas. Tenía una hendidura craneal. Le drenaron líquido por la oreja para evitar la inflamación del cerebro.
Tuvo secuelas diversas: migrañas, pérdida de sensibilidad en un brazo, una hernia de disco, diez meses después y recuperada, se fue a vivir por su cuenta, se volvió corredora y retomó la escuela y la vida laboral.
UN POCO DE SU VIDA LABORAL
Alma Delia Murillo firmó con Planeta su primer contrato para escribir una novela: Las noches habitadas, el libro que la ayudó a liquidar su hipoteca y la hizo renunciar a la vida de oficinista.
Escribe una columna sabatina titulada Posmodernos y Jodidos, además de colaboración quincenal en la sección editorial del periódico Reforma y otras colaboraciones para revistas como Milenio, Confabulario de El Universal, SoHo, Univision Trends, El Malpensante (Colombia), entre otros.
Desarrolla guiones para series televisivas con la casa productora Fábrica de Cine, guiones para audioseries de la plataforma Amazon Audible, imparte talleres de Escritura creativa en la librería El Péndulo y ha desarrollado contenido para el programa Shark Tank México de Canal Sony.
SUS OBRAS
Cuentos de maldad (y uno que otro maldito)
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